lunes, 30 de agosto de 2010

Lo siento

Yo no sé que quiero con él, la verdad que no lo sé. Ni quiero saber.

Lo que tengo claro es lo que siento. Siento ganas de abrazarlo, sí, y de que me abrace; de que me bese también. Siento celos, muchos celos. Siento ganas de que la deje, muchísimas ganas de que corte la relación que empezó hace demasiado poco. Me siento mal por ser tan egoísta, me siento una mierda, no me reconozco. Me siento una pelotuda, siento taquicardia cuando pienso en él. Siento no poder estudiar, siento no poder parar de pensar. Siento un ballet entero malambeando en mi cabeza. Me siento la protagonista de Ciega a Citas, siento que él es mi Marcelo Ugly y yo soy su Lucía González, y después me siento una idiota por pensar eso. Siento un lavarropas en la panza que centrifuga como loco escurriendo mi cordura. Siento que me digan que vamos a terminar juntos, pero más siento haber empezado a creerles. Siento mi voz nombrándolo una y otra vez, siento acordarme de él con cada cosa. Siento, todavía, sus manos, su piel, sus labios... e inmediatamente después siento su ausencia.

Siento esto y mucho más.

Y ahora, después de escribirlo, siento que tiemblo un poco menos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Es un don dejarse llevar

El sábado me levanté y, contra todos mis pronósticos, no sentí ni un poquitito de culpa, ni me quise matar por lo que había hecho, ni me puse a pensar y a re pensar todo... Nada de eso pasó. Me levanté feliz, me sentía bien.
Al fin, después de tanto tiempo y de tantos consejos ajenos y propios pude dejar que fluya, me dejé llevar. Con la ayuda de un poco de alcohol extra, lo confieso, pero tomado intencionalmente (conozco mis limitaciones). Fui decidida, no me importaron las trabas, hice lo que quería y salió bien, por eso me levanté feliz.
Hoy, sin embargo, ya no fue lo mismo. Hoy vuelvo a necesitar respuestas, hoy vuelvo a necesitar saber, hoy vuelvo a necesitarlo a él.

Sí, ya sé, dejá que fluya noe... Let it be.



lunes, 23 de agosto de 2010

Una brújula, please!

Soy tan rara que a veces ni yo me entiendo, ni sé lo que me pasa, ni lo que siento. No sé si será el exceso de razonamiento o la falta de claridad de mis sentimientos. O si será la tremenda necesidad que tengo de pensar siempre en todas las variables posibles, y extremar en demasía los análisis. O mi poca capacidad de dejarme llevar...
Es en este contexto en el que Buenamigo empezó (de nuevo, por primera vez, ya nadie sabe) a generarme algo. No sé qué es, ni por qué es, ni podría definir exactamente cuando empezó, pero si sé que alguna parte indefinida de mi cuerpo, definitivamente ligada a los sentimientos más sinceros y puros, hoy está necesitando de él y me lo está haciendo notar demasiado seguido.

Probablemente sea mi soledad, ok, lo reconozco. Pero no hay nada como descargar estos sentimientos en palabras.

lunes, 9 de agosto de 2010

La vida volvió a cambiar, los objetivos, no tanto.

Y al final fue solo un posteo, y nunca más pude volver. Ahora volví después de 3 meses en los que me absorbió un trabajo que prometía ser una cosa y terminó siendo otra.
A medida que fue pasando el tiempo me fui dando cuenta que no todo era ni iba a ser lo que tenía en mente. Con el correr de las semanas iba encontrando más elementos que no me terminaban de cerrar, pero me hablaba a mi misma y me decía: "Noe, es un esfuerzo, todos en la vida lo tienen que hacer en algún momento", y así hacía de tripas corazón y seguía a las 6.30 en la parada del colectivo, sufriendo bien de cerca la "ola polar".
Y seguía durmiendo 5hs diarias, y seguía sin ver amigos, y seguía sin salir, y seguía... Seguía dejando mi vida en ese lugar, confiando en un futuro promisorio y una estabilidad laboral que hace mucho venía necesitando.
Pero algo salió mal en mis planes. Al cumplirse los 3 meses de pertenencia a la empresa y acusando problemas económicos me echaron. Y valieron muy poco las horas de vida que dejé ahí adentro, y valió muy poco la salud que también dejé, y valió muy poco todo mi esfuerzo.
Después del asombro y la bronca vino el autoconsuelo, "si el destino me quiso sacar de ahí, por algo lo hizo", pensé, y tenía razón. A menos de una semana de dejar de trabajar tenía una propuesta laboral mucho mejor y acorde con mis necesidades y tiempos.
Ahora, cuanto más me despego de ICC Baraldo Comunicación, y cuanto más conozco otros ambientes laborales, otras empresas y otras oficinas, más me doy cuenta de que echándome me hicieron un favor enorme. Me obligaron a alejarme de un empleo que me mantenía en tensión constantemente, que me obligaba a vivir en una fachada de falsedad insoportable porque "la imagen es todo".
Lástima que no les importe la imagen que dejan cuando tratan de esa manera a sus empleados, cuando los echan porque no les pueden pagar los miserables 1300$ que me pagaban cada mes. Cuando uno de sus directores manda CV's a otras empresas y se endeuda hasta la médula porque con 40 años todavía no aprendió que tener un Audi no te hace mejor persona...

En fin, me descargué y actualicé un poco este espacio que tan bien me hace y tan abandonado tenía.

Besos para todos, volví y seré millones ¿?