miércoles, 17 de marzo de 2010

Eso que llaman amor

Muchos años me pregunté, ¿qué será el amor? Respuestas siempre hubo muchas, en internet, en libros de psicología, de autoayuda. En conversaciones, en los discursos de amigos, madres, conocidos. En conclusiones numerosas obtenidas de diferentes observaciones a parejas agenas. Pero con eso nunca me alcanzó. Siempre quise saber como era sentirlo, me pregunté una y mil veces si lo habría sentido alguna vez, antes de encapsularme en mi burbuja de hielo por miedo a que se derrita mi coraza. Me preguntaba si, cuando lo sintiera, me daría cuenta de que lo estaba sientiendo, si sería capaz de distinguir todas las emociones nuevas y conglomerarlas en esa única palabra.
Me cansé de escuchar, de decir, de escribir o de cantar frases que alentaban a liberar el corazón y a desoir a la razón, sin embargo, por más horas que le dedicaba, esa materia seguía quedándome previa. Hasta que de pronto, muy de repente, me di cuenta. Lo había visto a él y había experimentado sensaciones que no podía definir, las mismas que venía sintiendo hacía un tiempo cada vez que pensaba en él y que no había podido interpretar.
Una madrugada, después de unas cuantas copas, muchas risas y algunas charlas, mientras conversaba conmigo misma tratando de enteder lo que había sentido (ya les dije, nunca fui buena en eso de no razonar) me di cuenta de que, tal vez, lo que estaba empezando a sentir, podía ser esa cosita loca que llaman amor.

martes, 9 de marzo de 2010

Estos últimos días estuve, de nuevo, pensando en Primero como una opción viable para salir de mis horas de soledad. Es raro, bastante raro lo que siento. Porque los pensamientos que tengo hacia él no son los que suelo tener hacia los hombres que me "gustan" (por decirle de alguna manera a ese sentimiento extraño que me une a mis candidatos).
Algunas emociones sí coninciden, como que su presencia o ausencia en un lugar me signifique algo más que la presencia o ausencia de cualquier otra persona, o mi cuidado de cada parabla pronunciada al hablar de él o con él. Pero hay millones de otras cosas que no existen en esta extraña relación de un solo lado. Cuando lo pienso, reconozco millones de cosas que no me gustan de él y muy pocas que sí lo hacen y aunque le dé mil vueltas al asunto, sigo pensando que sólo me gusta porque sí, porque capaz algún día que estaba aburrida justo él publico algo en su muro del facebook y fue ese el momento en el que, inconcientemente, entró en mi mente. O quizás porque estoy cansada de los desafíos y algunos me hicieron y hacen creer que no sería difícil "conquistarlo", tal vez porque (y de vuelta mi adicción a las comedias románticas) me gusta la idea de la historia enroscada y el final felz. Quizás, ¿quién sabe?, dentro de unos días me acuerde por qué fue que me lo olvidé tan rápido la última vez que me agarró esta vuelta al pasado y tuve the shorter crash in the world on him.

jueves, 4 de marzo de 2010

A veces creo que si solo fuera un poquito más loca, más arriesgada, más despreocupada, me hubiese ido a visitarlo a él (que todavía no sé bien que lugar ocupa en mi pero eso lo desarrollaré más adelante). Hubiese ido aunque sea una semana.
Si hubieramos tenido una relación un poco más cercana cuando lo tenía viviendo en el piso de abajo tal vez ahora me animaría a irme a su casa sin pensar tanto. Quizás si hubiese sabido que acá me iba a esperar un resto del verano tan llano, tan vacío, tan aburrido, me hubiese molestado en sentar las bases para una futura visita.
Tal vez todo sería diferente si no hubiese elegido quedarme en donde estaba, si no hubiese decidido que no valía la pena, si no hubiese creido que intentar una relación más profunda era exponerse al dolor inutilmente, si hubiese dejado que hablen, si hubiese hablado, si tantas cosas...

Actualmente no sé qué es lo que me une a él. No sé si son verdaderos sentimientos, si es el querer completar algo que quedó inconcluso, si son mis ganas de irme, si es mi tendencia al melodrama o mi falta de candidatos cercanos. La verdad que no lo sé, pero nunca imaginé, esa tarde, que iba a estar, después de dos meses, todavía escribiendo sobre él.