miércoles, 15 de abril de 2009

"El amor de tu vida no te va a tocar el timbre"

"El amor de tu vida no te va a tocar el timbre, nena”, me dijo incontables veces a lo largo de mi vida. “Ya lo se mamá, dejame en paz, ¿querés?”.
Y si, mi madre no era muy diferente al resto. Había crecido con la tradicional idea de que las mujeres tienen que casarse y tener hijos; todo antes de los 30, obvio, sino en la cola de la verdulería ibas a convertirte en “la solterona” mucho antes de lo que tus racionales expectativas te preparasen para semejante cartel.
Pero yo estaba cómoda así. La verdad, mis ganas de de salir a buscar un novio eran nulas; y bueno, mi futuro novio no me iba a tocar el timbre. Mi mamá no podía soportar mi soltería, y menos aún mi falta de preocupación ante el tema.
Que enroscada es la vida a veces, o al menos la mía siempre lo fue. Cada vez que pienso en todo lo que pasó me cuesta creer que haya ocurrido de verdad.

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