domingo, 14 de agosto de 2011

Amor

Muchísima emoción, ansiedad, melancolía, tristeza, alegría. Unas cuantas horas extremadamente pasionales dentro de una semana por demás intensa.

Sentía que los límites de mi cuerpo estaban borroneándose, un borde difuso contenía esa excitación que me sobrepasaba físicamente.

Así estaba yo y en ese espacio también estaba él. Siete horas con ese nivel de inestabilidad emocional y al lado suyo.

Volvió, todo volvió. Si en este tiempo había logrado correrlo un poco del centro del foco de mi corazón, ya está ocupando ese lugar otra vez, y siento que volvió con más fuerza.

"Es que cuando te gusta la persona... Si te gusta físicamente te olvidás, pero si lo que te enamora es la persona, estás perdida". Ok, estoy perdida.

Me gusta él, su persona, todo. Estar tan sensible me lo hizo ver más claramente. En ese momento, abrazarlo fue lo mejor que me pudo pasar.
Y ya te juro que no me importa que esté de novio, ya no puedo pensarlo, ya no planeo a futuro. Solo pienso en compartir tiempo al lado suyo, aunque solo sea escuchándolo hablar. Solo me importa tener una razón para abrazarlo, aunque sean unos pocos segundos. No sé como sigue esto, no sé si me interesa saberlo.
Creo que jamás sentí algo así en toda mi vida, amor por alguien con quien comparto una gran pasión. Y es eso lo que me mantiene feliz. Estar haciendo lo que amo me contuvo esa tarde-noche de emociones intensas y me permitió disfrutar tanto.

No sé qué es lo que puede venir, pero ojalá pueda seguir disfrutando de estas pequeñas cosas y de esto tan lindo que me está pasando.


No hay comentarios: