martes, 21 de abril de 2009

A veces no es solo una cuestión de querer (de desear, digo, de tener ganas de algo), a veces pasa por otros lados, no se bien cuales. Atrás, al fondo, adentro. Algo nos brota automáticamente sin pensarlo, "me salió del alma", dirían algunos; impulso, dirían otros. No se, desconozco si me sale del alma o si mi barrera impulsiva tiene filtraciones, pero todo acto fallido esconde algo, al menos eso creo haber leído alguna vez mientras estudiaba psicoanálisis.
Pero hay uno, un hecho, algo que hice sin pensar, que me tiene enredada hace varias semanas, que me tiene invadida por preguntas que intento responder a cada hora del día. ¿Por qué lo hice si no quería? ¿Qué me llevó a actuar de esa manera? La respuesta la encontré, pero creo que en algún punto me niego a aceptarla. Existe una de esas preguntas me fastidia particularmente, que me enoja mucho más que las otras, ¿tendré una segunda oportunidad?

2 comentarios:

Fran dijo...

Recien leo el posteo anterior, muy buena la historia!

Mi pregunta es... ¿ No querias hacerlo en ese momento o ahora que lo hiciste te diste cuenta de que no querías ? Capaz fue curiosidad.

Noto el blog como renovado, como si un metejón te hubiese agarrado con el blog!

Anónimo dijo...

maldita incertisumbre sobre las segundas oportunidades....