lunes, 9 de febrero de 2009

Viste esos días geniales? Esos en los que no podés dejar de sonreir? Esos que están tan minados de alegría que polarizan cualquier mala onda? Bueno, en uno de esos días estoy yo. Es que a veces, esperar termina valiendo la pena; un día uno se levanta con actitud positiva y las porquerías que te trababan se van cayendo una a una, onda efecto dominó, y para cuando te querés dar cuenta ya no tenés ningún asunto pendiente.

2 comentarios:

Angel dijo...

che que lindo ese estado!
admirable, tratá de contagiarlo!

Fran dijo...

ojalá que dure la buena onda!!
Lo importante es no bajonearse en los días malos y saber disfrutar los buenos

Un saludo!!