sábado, 30 de octubre de 2010

Amores ómnibus

Chica N se sube al colectivo a las 8 de la noche. Va a la casa de una amiga pero viste como si fuera a bailar (sus ganas de vestirse y maquillarse un sábado a la noche no asumieron la falta de planes).
Mientras Chica N espera que la máquina le entregue el boleto, pispea el colectivo a ver dónde se puede sentar. Al fondo, 5 asientos. En el medio un joven que parece lindo. Chica N va directo hacia los asientos de atrás y se sienta a lado de la ventanilla, a un asiento de diferencia del muchacho en cuestión. Lo confirma, es hermoso.
El chico mira hacia donde Chica N está sentada. Ella no sabe si la mira a ella o solo mira el exterior. Chica N mira a su compañero de viaje, él la está mirando. Ella disimula y corre la mirada.
El joven se para, se va a bajar. Chica N lo mira, él la mira a ella. Chica N le sonríe.
- Todo bien?, pregunta él.
- Todo bien, vos?
- Bien, bien.

Chica N espera que no se baje sin pasarle un contacto. El colectivo frena.
- Chau, dice el muchacho.
- Chau...


Ok, sí, soy Chica N, otra vez me enamoré en un colectivo y otra vez no sé como corno contactar a mi amor perdido.
Fue en un 181, digo, capaz, por una de esas locas casualidades de la vida alguien lo conoce... no?

1 comentario:

Arlequin dijo...

Jajaja, me ha pasado cientos de veces. Y qué tal si empezamos a repartir tarjetas de contacto en los colectivos? capaz q uno de esos es el amor de nuestra vida y jamás lo sabremos xD